28.5.07

R.

Y cuando la enfermedad le ganó la última batalla, un día volvió en sueños y llorando me dijo: -Que no le falte lo que yo podría haberle dado. Que no deje de ser quién podría haber sido conmigo a su lado-.
Mucho tiempo me dio vueltas la idea, hasta que junto con los juegos en red, la tele y lo obse de la escuela y la lectura, empezaron a aparecer las caminatas por la costa del río, el yoga y los dibus con acuarelas...

Una duda - Una certeza

Y le dije: - ¿Pero si agarrás mucha guita, qué es lo primero que harías? -
Con seguridad me contestó: - Le compro un departamento a las chicas. -
Me/le pregunté: - ¿Y con esta casa? -
- No sé. Ahora me gusta como está. Pero estamos muy encajonados, no hay vista. -
Como soñando despierto dije: - Podríamos tener una casita en ese lugar que nos gusta, y tener esta como base aquí en la ciudad. -
- Séeee… -
- Y podría irme allá cuando me pongo tonto... - Lo dije casi con una agresividad rutinaria. Esperaba una dulce parada de carro.
- O te quedás acá… - me dijo, como quien no registra la carga en lo que el otro dice.
- O irte cuando vos te ponés tonta… -
- Séee… - Ya un poco distante.
- Lo único que tendrías que avisar antes de venir... - Le dije como para seguir atacando como perro viejo.
- O avisar vos antes de venir… Bah! Depende con quién esté “el clavito”…supongo que el que lo tenga no podría andar haciendo “cosas”…-

Y me partió al medio.
El golpe me dejó sin defensa…

En realidad esperaba algo así como: - "Dejá de decir esas cosas" o "no te hagas ilusiones, yo quiero estar siempre con vos" -
O una pequeña amenaza…
Sólo confirmó lo que para mí es una duda (una certeza) que me come.


Tal vez algún día ya no estemos juntos…

La mamá y el papá de R.

Porque a eso se habían reducido después de los roces, los desencuentros, el desinterés y las peleas. Ya no eran una pareja, sino la mamá y el papá de R.