Y cuando la enfermedad le ganó la última batalla, un día volvió en sueños y llorando me dijo: -Que no le falte lo que yo podría haberle dado. Que no deje de ser quién podría haber sido conmigo a su lado-.
Mucho tiempo me dio vueltas la idea, hasta que junto con los juegos en red, la tele y lo obse de la escuela y la lectura, empezaron a aparecer las caminatas por la costa del río, el yoga y los dibus con acuarelas...
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